13 de Diciembre – Académicos analizan proceso de integración regional
En el marco de la mesa redonda, organizada por el IEI y CRIES, fue presentado el Anuario de la Integración Regional de América Latina y el Gran Caribe-2012, que edita la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales.
Un detallado análisis de las líneas de integración que se dan en América Latina y El Caribe, así como también de los desafíos que este proceso tiene por delante, fue realizado por un panel de expertos que se dio cita en el Instituto de Estudios internacionales de la Universidad de Chile (IEI), en el marco de la Mesa Redonda “¿Hacia dónde va la integración en América Latina: nuevos escenarios y desafíos?”.
La actividad, organizada por el IEI y la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), contó -entre sus panelistas- con la participación del presidente ejecutivo de esta última entidad, Andrés Serbin; la presidenta de ECSA-Chile, María Cristina Silva, y el profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, Fernando Laiseca. En tanto, los comentarios estuvieron a cargo de la profesora del IEI, Paz Milet, y el profesor de la Universidad Católica de Santos, Brasil, Gilberto Rodrigues.
En la oportunidad, Andrés Serbin presentó el Anuario de Integración Regional de América Latina y El Caribe – 2012, elaborado por CRIES, en cuya introducción destaca las importantes transformaciones que, en las primeras dos décadas del Siglo XXI, se han producido en la región y que han gatillado toda una reconfiguración política.
“Estas han dado lugar a nuevas dinámicas multilaterales y a una nueva fase de regionalismo, fenómenos que abren interrogantes tanto acerca de las nuevas formas de multilateralismo como acerca de las características distintivas de una nueva arquitectura de gobernanza regional, particularmente en el marco de las turbulencias actuales del proceso de globalización”, sostuvo.
Asimismo, explicó que el Anuario da cuenta de la nueva fase de regionalismo desde una perspectiva conceptual y teórica, vinculando los temas de regionalismo, multilateralismo, concertación política y sociedad civil, y aportando argumentos para calificar este “nuevo” momento del regionalismo latinoamericano.
En su segunda sección, el texto se centra en los nuevos actores y nuevos liderazgos en América Latina y El Caribe, y pone especial atención al protagonismo que juega Brasil.
“La tercera sección, titulada ‘Los actores externos y la región: los Estados Unidos y China’, presenta -a través de tres aportes- una mirada a las relaciones de la región con un actor ‘tradicional’ y otro ‘emergente’, ambos claves para el desempeño actual y futuro de América Latina y El Caribe”, destacó.
Finalmente, la cuarta sección, “Nuevos desafíos y nuevos conflictos en la agenda regional: seguridad, finanzas, integración de infraestructura y gobernabilidad ambiental en América Latina y el Caribe”, incluye trabajos dedicados al análisis de los nuevos temas del regionalismo post-liberal, como son la integración y la cooperación financiera; la integración en infraestructura; los desafíos de un enfoque desarrollista basado en una visión extractivista, y las amenazas a la seguridad ciudadana y el tratamiento de bienes públicos como el agua.
Por su parte, la presidenta de ECSA-Chile, María Cristina Silva, se refirió a las tres etapas donde la integración regional ha evolucionado en sus objetivos.
“La primera se inicia en 1960 con la creación del Mercado Común Centroamericano (MCCA), seguida por el Pacto Andino, en 1969, y la Comunidad del Caribe (Caricom) en el año ’73, todas con un objetivo claramente económico”, explicó Silva.
Y explicó que en la década del ’90 lo que dominan son los objetivos sectoriales, razón que justificaría la creación de SICA y Mercosur, en 1991, y CAN, en 1997. “Finalmente, son los objetivos geopolíticos e ideológicos los que predominan del 2000 a la fecha, con UNASUR (2000-2008), ALBA (2004), Alianza del Pacífico (2012) y Celac (2011)”, agregó.
Por último, el profesor Fernando Laiseca destacó que en América Latina coexisten muchos actores académicos, políticos y sociales, que cuando hablan de integración, lo hacen con una mirada centralizante. “Es importante que se cree un pensamiento estratégico común, pues alguien debe defender los intereses comunes”, sentenció.