Coloquio Internacional “Multilateralismo y el avance del regionalismo en las Américas en un entorno de cambio internacional”

17 marzo 2015

Encabezado por el Presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), Dr. Andrés Serbin, y el Director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (IEI), Dr. Walter Sánchez, el pasado 9 de marzo se llevó a cabo, en Santiago de Chile, el Coloquio Internacional “Multilateralismo y el avance del regionalismo en las Américas en un entorno de cambio internacional”, actividad preparatoria del Foro de Expertos y Académicos a realizarse en el marco de las actividades de la sociedad civil en la VII Cumbre de las Américas (Panamá 2015).

En la apertura de esta jornada de trabajo, correspondió al Director del IEI dar la bienvenida a los asistentes. En la oportunidad, el profesor Sánchez destacóque la temática que se abordará es de especial interés para el Instituto de Estudios Internacionales, toda vez que materias como el futuro de la cooperación entre las naciones latinoamericanas, así como su inserción en el el sistema internacional, constituyen una de las principales líneas de investigación a la que se aboca el Instituto.

Por su parte, el Presidente de CRIES, Andrés Serbin, agradeció al Director del IEI su disposición para acoger este tipo de actividades e iniciativas. Asimismo, expresó su gratitud al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, institución que patrocinó el encuentro.

 

A continuación, el Dr. Serbin realizó un breve recuento de las distintas reuniones que llevan a esta última, en Santiago, previo a la Cumbre de Las Américas, en Panamá.

 

“Para ubicarnos un poco en el contexto, debemos recordar que en el año 2009, CRIES vio una oportunidad política para iniciar un diálogo entre académicos de Cuba y Estados Unidos. Esto no quiere decir que nosotros hayamos sido factores decisivos en el establecimiento de las conversaciones entre ambos países, iniciadas recientemente. Pero sí creo que contribuimos con un pequeño grano de arena, al facilitar bastante una interlocución que no solo abarcó a académicos de ambos lados, sino que también a ex funcionarios de distintas administraciones, en el caso de EE.UU., y del Gobierno cubano”, explicó.

 

Y agregó que este hecho permitió generar y facilitar reflexiones colectivas, “y a partir de ellas, realizar una serie de recomendaciones. Una vez finalizado el proceso de elaboración de recomendaciones, que nos tomó unos cuatro años y medio, vimos que había actor que no habíamos contemplado y que era muy importante para un posible mejoramiento en las relaciones entre EE.UU. y Cuba. Este actor era la región de América Latina y el Caribe”.

 

El Presidente de CRIES destacó que en función de este hecho, decidieron iniciar una segunda etapa de trabajo de análisis para determinar cuáles eran los actores relevantes y cómo habían incidido en la generación de este diálogo. De esta forma, se diseñaron una serie de talleres que contaron con la participación tanto de expertos como de ex funcionarios. Así, en 2013 se realizó un taller en Buenos Aires y otro en Sao Paulo; mientras que en 2014 se desarrollaron en Bogotá, México, Otawa y Quito.

 

“Como colofón de todo este proceso llegamos a este taller en Santiago, en que buscamos generar una reflexión colectiva para entender los cambios de la region y cómo estos afectan la relación Cuba-EE.UU. Si al principio, el gran foco era cómo Cuba iba a lograr su reincorporación al sistema hemisférico, ahora la pregunta es qué va a pasar a partir de las conversaciones que están llevando adelante Cuba y EE.UU., y cómo esto va a afectar las relaciones hemisféricas”, explicó.

 

Finalmente, Andrés Serbin destacó que “nos encontramos en una etapa de transición y que el multilateralismo latinoamericano, pese a ciertos avances, adolece de ciertas carencias, que necesitamos analizar”.

 

 

Cambios y Desafíos Globales

La primera mesa de trabajo de este coloquio se concentró en el análisis del “Impacto de los cambios y desafíos globales en la gobernanza regional. Escenarios futuros del multilateralismo y el regionalismo en las Américas”. Para tal efecto, se contó con la participación del presidente del Consejo Chileno Prospectiva y Estrategia, Sergio Bitar; el profesor invitado del Área de Estudios Sociales y Globales de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, Wolf Grabendorff.

 

Durante esta sesión, el Presidente de CRIES abordó tres puntos que, a su juicio, son fundamentales para entender este proceso de cambios que enfrenta la región.

 

“El primero es que en un entorno internacional altamente propicio, asistimos a un proceso donde se van a desarrollar una serie de nuevos organismos multilaterales con objetivos diversos. También hay una serie de factores que condicionan la aparición de estos organismos. Primero, el fin de la Guerra Fría y post 11 de septiembre, Estados Unidos se desentiende un poco de la región. Segundo, el crecimiento y bonanza económica regional, genera las condiciones para tener una mayor autonomía de EE.UU. Y tercero, llegan al poder una serie de partidos  y movimientos de centroizquierda, con una posición crítica respecto de EE.UU”.

 

Andrés Serbin explica que en este marco surgen tres organismos: ALBA (2004), UNASUR (2008), CELAC (2012).  Los tres son intergubernamentales, donde se hace más énfasis en la agenda política que en la económica de la región, e insisten en el desarrollo de una agenda social.

 

Asimismo, los tres excluyen a Estados Unidos y Canadá, poniéndose en una vereda distinta a la de OEA, abriendo una interrogante respecto de la funcionalidad de esta última.

 

“Pero ahora entramos en una nueva fase donde pasamos de la euforia a la dificultad de orden económico, político y social. En este contexto, algunos organismos, como el ALBA, se debilitan. Y en contraposición, somos testigos de una reactivación de la economía estadounidense y una reactivación del papel de EE.UU. en el sistema internacional, básicamente a través de la promoción de dos megaacuerdos: Transpacífico y Transatlántico, cuyos objetivos son también acotar la acción de Rusia y contener la expansión de China”.

 

El Presidente de CRIES reconoce que, en este contexto, América Latina se encuentra “desgarrada” entre las tensiones que va generando la competencia, no necesariamente abierta, entre EE.UU. y China.

 

“Es importante señalar que después de estos años, en que América Latina logró un margen de autonomía respecto de EE.UU., hoy asistimos a un escenario en que EE.UU. vuelve a poner su atención en nosotros y ello no está disociado de las conversaciones iniciadas en diciembre entre Cuba y dicho país, ni tampoco de la presencia china en la región”.

 

Este contexto global nos abre a una pregunta muy importante: ¿En términos del multilateralismo regional, la nueva presencia de EE.UU. requiere de algún espacio de interlocución? ¿Este espacio volverá a ser la OEA o tendremos que buscar algún otro en la región?

 

Finalizada la exposición de Andrés Serbin, correspondió el turno al profesor Wolf Grabendorff.

 

El académico de la Universidad Andina Simón Bolívar destacó que nos encontramos en un momento oportuno para mirar a la región de manera distinta a la que estamos acostumbrados a hacerlo. De ahí mi propuesta de mirar y analizar el proceso de regionalismo que, a mi juicio, no tiene nada que ver con multilateralismo.

 

En este sentido, Wolf Grabendorff explicó que la región enfrenta un proceso de cambio tectónico. En los últimos 200 años, el sistema internacional nunca había cambiado tanto ni tan rápidamente como lo ha hecho ahora.

 

“En este escenario, a mi juicio, América Latina se encuentra demasiado concentrada en sus problemas internos, sin reparar en los desafíos que implican, a largo plazo, estos cambios globales”.

 

Durante su exposición, el profesor Grabendorff abordó en tres niveles el llamado nuevo proceso de regionalización.

 

El primero se refiere al condicionamiento global para el multilateralismo latinoamericano. El segundo, a los efectos internos que genera el regionalismo en cada país con sus regímenes particulares. Y el tercero, al condicionamiento interno que demanda la reestructuración del multilateralismo.

 

“Tras nosotros tenemos una fase de experimentación de mecanismos de gobernanza regional. Pero el problema es que los gobiernos de turno ejercían un efecto sobre la visión exterior de cada país, que tiene mucho que ver con el presidencialismo en América Latina. En este sentido, los diplomáticos son como ‘bomberos’ para la política presidencial. Muchos de los presidentes de los últimos 15 años tenían una visión externa muy fuerte, y se excedieron vía mecanismos regionales. Así se gestaron y/o revivieron muchos conflictos vecinales, producto -en parte- a la visión presidencialista interna de cada país de la región”, explicó.

 

Respecto de los cambios globales, el académico destacó que estos son tan profundos y rápidos, que a los países se les hace muy difícil reaccionar de manera oportuna, sin perder de vista los intereses nacionales de largo plazo. La política exterior es hoy más cortoplacista, en contraposición con la vida de política interna que se ha desarrollado en los organismos regionales.

 

“Los efectos de la globalización están limitando muy seriamente una actuación en conjunto. Por lo mismo, algunos países -y Chile no es la excepción- han decidido fortalecer su actividad bilateral frente a lo multilateral. Todavía no sabemos cuál acción es más exitosa, porque frente a los grandes cambios del sistema internacional, todos los países son vistos como pequeños, a excepción de EE.UU., y lamentablemente, no todos los países tienen la capacidad para actuar solos. En la actualidad hay voluntad política de actuar conjuntamente, pero faltan los mecanismos para hacerlo. Existen organismos, pero sin las reglas del juego regionales establecidas y aceptadas por todos, como para poder concretar acciones conjuntas por parte de sus integrantes”, afirmó.

 

Para el profesor Grabendorff, en este contexto también juega un factor importante un tema de orden estructural: en el sistema internacional existe una enorme debilidad de instituciones que tienen esencialmente lazos Norte-Sur (cumbres iberoamericanas, OEA, relación Unión Europea-América Latina). Están perdiendo dinámica y, en contraposición, están ganando terreno las instituciones con lazos Sur-Sur.

 

“La única organización internacional que tiene una dinámica fuerte en el mundo son los BRICS”, sentenció.

 

A su juicio, hoy no hay grandes modelos para retomar la relación Norte-Sur. Esto implica que los esfuerzos tanto de la Unión Europea como de EE.UU. de recuperar terreno han perdido legitimidad. Los modelos occidentales perdieron legitimidad.

 

“A futuro, los megabloques van a cambiar radicalmente el papel de EE.UU. en el mundo. Los estados se van a convertir en proyectos de segunda fila, en cuanto los organismos regionales se van a orientar completamente al aspecto económico y financiero. Ya no importarán las fronteras. Lo verdaderamente relevante será quién tiene el control de los flujos (financieros, de personas, etc)”.

 

Ya con una mirada interdoméstica, el académico estima que cualquier esfuerzo de cooperación aún se ve afectado por el poder de grupos internos y externos. Esto dificulta la construcción y el crecimiento de mecanismos regionales.

 

“Hoy las grandes palabras en la región son ‘Autonomía’ y ‘Soberanía’, y ellas constituyen conceptos ‘sucios’ para todo lo que es el régimen globalizado y para el sistema de economía internacional. En este contexto, los mecanismos regionales son vistos como una verdadera amenaza para la globalización”.

 

Finalmente, el profesor Wolf Grabendorff se detiene a analizar algunos aspectos internos en América Latina. A su juicio, dentro de cada país existen muchas fuerzas que limitan la democracia. La sociedad ya no cree en sus políticos.

 

“La búsqueda de modelos de desarrollo que garanticen poder político, por los beneficios que entreguen a diferentes partes de la población, es uno de los problemas más graves por los que atraviesan los países de la región”.

 

Wolf Grabendorff concluyó su exposición con una idea: “Dudo que estemos en un proceso de reconstrucción hemisférica, porque los problemas internos de EE.UU. son tan graves, que es muy difícil que se vuelva a concentrar en la región. Sin perjuicio de lo anterior, el regionalismo de los últimos años de América Latina también va a cambiar. La asimetría entre las fuerzas del mercado y las fuerzas de Estado, por razones de la globalización, va a crecer especialmente en las democracias, no así en los regímenes autoritarios”.

 

Por su parte, el presidente del Consejo Chileno Prospectiva y Estrategia, Sergio Bitar, en el entendido que este coloquio es una actividad preparatoria con vistas a la VII Cumbre de las Américas, propone realizar un ejercicio de aproximación al escenario que la región enfrentará de aquí al 2020, a partir de dos fuerzas que interactúan: Las nuevas tendencias mundiales y donde se sitúa el espacio de movimiento de América Latina, y las fuerzas internas de cada nación, que permiten o inhiben la posibilidad de aplicar nuevas políticas para adaptarse a estas tendencias mundiales.

 

En este contexto, para Bitar surge la pregunta: ¿En qué mundo se va a mover América Latina en el próximo quinquenio? Al responder esta pregunta, pueden surgir múltiples temas para proponer a la Cumbre de Las Américas.

 

“A mi juicio, seguimos avanzando hacia un mundo multipolar, con riesgos de pérdida de gobernabilidad global. En consecuencia va a haber una tendencia a recreación y articulación de poderes regionales, capaces de equilibrar esta pérdida global. Creo que nos vamos a mover en esa dirección, tanto para articular acuerdos regionales en materias de seguridad, política y economía”.

 

Para Sergio Bitar, esta globalización también va a generar una mayor cooperación global, y aquí van a surgir nuevos actores regionales. Y todo esto en el marco de un mundo de crecimiento lento.

 

“En este cuadro, los dos focos de seguridad son, esencialmente, China y Medio Oriente, donde veremos avances en materia de acuerdos, lo que nos va a dar más seguridad y estabilidad, y nos va a permitir un nuevo impuso hacia el regionalismo. La segunda tendencia fuerte, a mi juicio, es la acción para mejorar la productividad y competitividad de cada uno de los países y las regiones, una fuerza muy potente que puede proyectarse para mejorar la coordinación y articulación de América Latina”.

 

La tercera y última tendencia, destacada por Bitar dice relación con una dificultad que nos plantea la globalización, la cual nos obliga a realizar grandes negociaciones y grandes compromisos en materia de desarrollo sustentable, en comercio, etc.

 

“Estas negociaciones de gobernabilidad global también nos van a obligar a ponernos de acuerdo en algunas cosas. De los fenómenos mundiales, creo que todo empuja hacia un mayor regionalismo. Esto también nos va a empujar a más acuerdos económicos para acrecentar el comercio intraregional”.

 

Para lograr estas metas, Sergio Bitar dice que se hace necesario articular una acción conjunta, que hasta ahora no hemos logrado. Por lo que ahora se deben adoptar acciones políticas concretas para avanzar como América Latina de manera global.

 

“Debemos destacar nuestras ventajas comparativas, que nos dan poder regional. Estas son principalmente: zona de paz, zona democrática y abundancia de recursos naturales. También se hace indispensable que en organismos como CELAC y UNASUR, se puedan establecer reglas claras de funcionamiento, que nos permitan avanzar”.

 

Y agrega que también se requiere trabajar sobre las amenazas que enfrenta la región y hacerlo de manera conjunta. “Tales amenazas incluyen la corrupción, drogas, lavado de dinero, etc.”

 

El presidente del Consejo Chileno Prospectiva y Estrategia, explica que

en lo económico no ve que en América Latina existan, en este momento, fuerzas potentes en materia de integración. “En este sentido, creo que temas como el desarrollo de multilatinas para la creación de cadenas de valor, y normas que pudiéramos establecer en ese terreno, son fundamentales, al igual que la convergencia Mercosur-Alianza del Pacífico, y el desarrollo de la infraestructura”.

 

Finalmente, Bitar abogó por una visión conjunta del mundo con miras al 2025 – 2030. “El que piensa en conjunto tiene más posibilidades de actuar en conjunto”.

 

 

Reflexiones

 

Durante la ronda de preguntas y reflexiones, destacó la intervención del profesor-investigador de Flacso Chile, Carlos Portales, quien quiso hacer algunas precisiones respecto de la ponencia de Sergio Bitar.

 

Al respecto, explicó que por tratarse ésta de una actividad preparatoria  a la Cumbre de las Américas, la idea es focalizarse en los temas que debieran abordarse en ella.

 

“Sergio nos ha señalado una serie de temas, muchos de los cuales no son para una Cumbre de las Américas. Ya se intentó una visión conjunta de cómo enfrentar la globalización en las negociaciones del ALCA, y esas negociaciones fracasaron porque no hubo acuerdo entre las partes. Es verdad que muchos de los temas que planteó Sergio están en la mesa, pero si estamos hablando de esta instancia de regionalismo, que es una instancia interamericana, tenemos que ser más precisos como grupo. En este sentido, creo que América Latina está de espaldas a la Cumbre, después de su triunfo en relación a la Cumbre. Durante el encuentro anterior, el gran tema era Cuba, materia que resolvieron cubanos y norteamericanos, al iniciar un proceso de conversaciones, al margen de los grandes mecanismos regionales. Me pregunto, entonces, de qué se va a hablar ahora en Panamá. Por supuesto que no vamos a conversar de comercio. Eso ya se intentó y descartó”.

 

Carlos Portales reconoció que tampoco se puede hablar de fortalecimiento de la democracia como gran capital -según afirmó Bitar-. “Reconozcamos que la mitad de los países está tratando de horadar la democracia. En definitiva, creo que era mucho más fuerte la unidad política y la capacidad de representación que tenía el Grupo de Río hace 15 años, en comparación con lo que hoy es CELAC. Por ello creo que en materia de coordinación política no hemos logrado un gran avance”.

 

“Dicho lo anterior, me surge la pregunta sobre qué van a conversar en Panamá los presidentes y qué van a poner los países en la agenda. Tampoco sé cómo van a pelear con Obama, menos ahora que EE.UU. adoptó una reacción razonable y comenzó a dialogar. Para que haya una Cumbre, debería haber algo más y eso tampoco existe de parte de EE.UU. Por eso a mí me preocupa esta Cumbre, porque creo que no basta con tener claridad sobre algunos problemas comunes, sino que lo que habría que preguntarse es qué rol queremos darle a esta interlocución que hay con EE.UU. y qué rol debería tener la Organización de Estados Americanos. También sería interesante saber si Cuba, en un mediano plazo, está dispuesta a participar”.

 

En definitiva, Portales hace hincapié en la necesidad de construir una agenda realista respecto de la relación con Estados Unidos, “más allá de la normalización de las relaciones entre ese país y Cuba, pues este es un tema que acompañamos y discutimos, pero en el cual el resto no tiene arte ni parte”.

 

Respondiendo a la reflexión de Carlos Portales, Sergio Bitar explica que ha puesto acento en estos temas, que parecen no tener demasiada injerencia en la agenda de la Cumbre, porque como latinoamericanos tenemos la obligación de tener una visión clara respecto de lo que queremos y de los factores más importantes que están en juego en la consecución de estos objetivos.

 

“En el entendido de que estos temas no son tan importantes como para ser analizados en esta cumbre y debemos centrarnos en ella como foro de interlocución con EE.UU., bueno entonces tenemos que preguntarnos qué pasa en EE.UU. respecto de América Latina; qué están dispuestos a conversar los norteamericanos en una cumbre hemisférica; qué quieren ellos. Yo creo que lo único que les interesa es México, el triángulo norte de Centroamérica, inmigración, droga, crimen organizado y ahora Cuba. Lo demás es Asia  y Medio Oriente”.

 

A su juicio, una agenda debe tener dos partes, una para debatir sobre temas comunes y particulares, y otra para analizar los temas globales. “Pienso que la mirada de América Latina en materia global, debiera incluir la discusión sobre democracia; ciencia, tecnología y educación; América Latina, China y Estados Unidos”.

 

Otras reflexiones de los asistentes se centraron en la falta de liderazgo político que hoy existe en la región. Especial atención llama, en este sentido, el caso de Brasil, donde se detecta un retroceso en su liderazgo regional, y el caso de México.

 

En opinión del presidente de CRIES, Andrés Serbin, existe una sobreexpectativa respecto de la Cumbre, la cual tiene una agenda que permite hablar de lo humano y lo divino. “Quizás, desde ese punto de vista, sí es importante lo que dice Sergio, en el sentido de generar ideas interesantes. Sin perjuicio de lo anterior, la Cumbre también tiene una agenda implícita muy clara, que nos plantea una serie de interrogantes respecto de la relación Cuba – EE.UU. En ésta, el único punto de coincidencia, durante todos estos años, es que todos queríamos que Cuba estuviera en el hemiferio. Entonces, hay algunos elementos que sí permiten hablar de una visión conjunta”.

 

Otro aspecto que Andrés Serbin quiso resaltar es que -a su juicio- nos equivocamos cuando hablamos de la fase post neoliberal y post hegemónica del regionalismo. “Yo creo que estamos llegando a una nueva fase hegemónica. Quizás no con ese nombre, quizás bajo otra forma, pero el paso que está dando EE.UU. con el restablecimiento de las relaciones con Cuba, implica una ampliación de la agenda hacia América Latina que va a seguir profundizándose. Así van a surgir otros temas y otros países más allá de Mexico y Centroamérica. Eso tiene que ver con una dinámica que excede a la región, y que es la confrontación entre China y EE.UU. ¿Entonces, dónde se ubica América Latina en ese marco? Claramente, EE.UU. quiere ganar terreno en América Latina frente al avance de China. ¿Dónde se va a ubicar América Latina? Eso es lo que no sabemos. Otra interrogante que se nos plantea es el rol que va a jugar la OEA”, concluyó.

ColoquioSantiago

Walter Sánchez, Director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile; Andrés Serbin, Presidente de CRIES, y Wolf Grabendorff, académico de la Universidad Andina Simón Bolívar.

 

ColoquioSantiago2

 

Sergio Bitar, Presidente del Consejo Chileno Prospectiva y Estrategia; Andrés Serbin, Presidente de CRIES, y Wolf Grabendorff, académico de la Universidad Andina Simón Bolívar.