Una relación complicada, que puede complicarse aun más
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Hace unos días se cumplieron 26 años del comienzo oficial de las relaciones diplomáticas entre Rusia y Estados Unidos, tras el derrumbe de la Unión Soviética. Una relación que se vio marcada por incontables cortocircuitos que se remontan hasta la actualidad y que hoy ponen frente a frente a dos personajes singulares: Vladimir Putin yDonald Trump. De acuerdo a los especialistas, pueden generarse nuevos conflictos entre ambas potencias.
A principios de 1992, ambos países volvían a entablar relaciones diplomáticas luego de la caída de la URSS. Una movida política que se terminó de consolidar con la visita del entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, a territorio norteamericano. Hoy, en enero de 2018, los conflictos siguen. Diplomáticos expulsados, intervenciones en los comicios presidenciales y un panorama que puede llegar a provocar «nuevas Crimeas».
Así lo describe Alberto Hutschenreuter, analista internacional, experto en geopolítica y autor de numerosas obras sobre Rusia. «La historia de Rusia se explica a partir de una sensación de asedio constante desde afuera; Suecia en su momento, después Francia, luego la Alemania Nazi, y ahora la OTAN… hay una tradición geopolítica de avanzar hacia ese espacio por parte de Occidente», señala Hutschenreuter a PERFIL.
Para él, si esta tendencia sigue su curso, y por eso no descarta la aparición de «nuevas Crimeas». Estos posibles escenarios de conflicto son: la zona del Báltico, el este de Ucrania, el Mar Negro, y algún punto de Medio Oriente (el escenario menos probable, pero con presencia militar de ambos lados). Hutschenreuter afirma que la «primera sangre la derramó Occidente» al intentar expandir la OTAN a Georgia y Ucrania, algo que generó la reacción inmediata de Rusia con el anexo o reincorporación de Crimea, depende de qué lado se lo vea.
En este sentido, Paulo Botta, especialista en Medio Oriente, afirma que en la década del 90 Estados Unidos se acostumbró a actuar de una forma unipolar, debido a la debilidad de Rusia en el marco internacional. «A partir del siglo XXI, lentamente se ha comenzado a reestablecer un estado ruso como lo caracteriza su historia», explica Botta, que coordina el Departamento Eurasia del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata.
Este crecimiento, que coincide con el ascenso y permanencia de Putin en el poder, puso nuevamente a Rusia en el mapa geopolítico. Lo que se evidencia con la nueva Estrategia de Seguridad Nacional anunciada por Trump hace dos semanas, que establece que uno de los objetivos centrales es limitar la creciente influencia de Rusia y China en el sistema internacional.
Matías Mestas